jueves, 31 de mayo de 2007

Con los bolsillos rotos

Justo cuando todos nos habíamos acostumbrado ya a la canción eterna de que los pisos nunca dejarán de subir y que nada puede hacerse en política de vivienda porque el sector inmobiliario lo tiene todo atado y bien atado, aparece una sorpresa sociológica: en Francia se va ha aprobado un proyecto de ley por el cual el derecho a la vivienda se convierte en un derecho jurídico equiparable a la educación o la sanidad. Todo ciudadano residente legalmente en el territorio francés tendrá derecho a exigir al Estado una vivienda digna. Si no se les ofrece en plazo razonable podrán llevar a las autoridades políticas responsables ante los tribunales de justicia.
Visto lo visto y atendiendo a que no todos gozamos de la misma suerte, no es de extrañar que los jóvenes españoles sigan manifestándose de forma masiva exigiendo más vivienda pública, más vivienda de alquiler y más barata y combatir los abusos del sector inmobiliario. Por primera vez numerosos colectivos se han unido el pasado día 23 de diciembre en una convocatoria hecha por sms y correos electrónicos que se ha extendido a más de 50 ciudades de todo el Estado, el objetivo no es otro que denunciar la imposibilidad para la inmensa mayoría de jóvenes de poder acceder a una vivienda. Cualquier estadística nos muestra hasta que punto el “lobby” inmobiliario se ha adueñado de las ciudades convirtiendo la vivienda en la principal preocupación, sobre todo para los jóvenes. Si está realidad se compara con el hecho que jamás en España se había construido tanto (800.000 vivienda el año 2005 y el 2006 también va camino de récord) podemos decir que en España no hay un problema de vivienda, hay un gravísimo problema de acceso a la vivienda.”Realmenete no se que pretenden con esto, mi sueño es independizarme, trabajar y currármelo yo solito, pero los…… estos cada vez me lo ponen más difícil. Si me meto a pagar una vivienda me quedo con los bolsillos rotos. Las protestas son aparentemente la única arma que tenemos para que nos hagan caso” afirma Raúl García, un chico Sevillano que desde hace dos años intenta acceder a una vivienda “en condiciones” para empezar una nueva etapa de su vida junto a su novia.
Los jóvenes españoles destinaron durante el segundo trimestre del año el 64,3% del sueldo a la compra de vivienda libre, 3,5 puntos más que el trimestre anterior, según apuntaba un informe del Observatorio Joven de la Vivienda dado a conocer en la sede del Consejo de la Juventud de España (CJE) el pasado mes de diciembre. Las cifras son escalofriantes, los datos claros y los jóvenes sin vivienda, la cruda realidad. Debido a este problema, considerado como el asunto que más preocupa a los ciudadanos españoles y a los extranjeros residentes en este país, el gobierno decidió hace unos años realizar el proyecto de las viviendas de protección oficial (VPO), aunque para estos también es un lujo llegar el primero…
Adquirir una vivienda de protección oficial en España es una batalla sin tregua. Nunca antes, aseguran los expertos, fue tan difícil encontrar un piso protegido. Anualmente se construyen en el país cerca de 500.000 viviendas, de las cuales sólo un 7% tiene subvención pública. En Sevilla, por ejemplo, una promoción de viviendas de alquiler en una de las zonas más privilegiadas de la ciudad contó con 2.503 solicitudes para sólo 218 pisos. Una vivienda de 70 metros cuadrados salía por 130 euros al mes. Un privilegio para pocos. Una de ellas es Clari Domínguez, la cual consiguió hace menos de un año “la casa de sus sueños” según afirma. Clari es madre soltera, su niño tiene tres años y aún vive en casa de sus padres, para ella, después de una relación fallida y tormentosa “vivir cada día y salir adelante” ella solita era todo un reto que debía conseguir. Tras dos convocatorias fallidas, a la tercera fue la vencida. Desde hace más de medio año vive con su hijo en una de estos pisos de 70 metros cuadrados totalmente nuevos y bien equipados, con trastero y plaza de garaje, por tan solo 130 euros al mes.
Pero desgraciadamente no todos tienen la misma suerte. Los jóvenes españoles tienen que dedicar el 60,8% de su salario para acceder a una vivienda libre, según los datos correspondientes a 2006 del Observatorio Joven de Vivienda. “La vivienda sigue siendo un problema para los jóvenes en España porque genera una gran exclusión residencial, ya que si el límite de endeudamiento que permite un banco es del 30% los jóvenes no pueden abandonar el domicilio paterno si no es endeudándose de por vida", añade el presidente del Consejo de la Juventud de España, Mario Esteban.
El tema es de tal importancia que la ONU se ha hecho eco de él calificándolo de está viviendo una “situación actual insostenible” ya que es el problema “más grave de Europa y uno de los mayores del mundo”. El relator especial de asuntos de Vivienda de Naciones Unidas, Miloon Kothari, aseguró el viernes que entre el 20 y el 25% de la población española está excluida del mercado de la vivienda, debido principalmente a su alto precio. En Francia
Ante la lluvia de críticas referentes al tema desde distintas partes del mundo, sería interesante destacar la que hizo el “Wall Street Journal” un prestigioso diario de finanzas y economía de EEUU el pasado mes de diciembre, en la que criticaba la actual situación del gobierno Español y apuntaba las posibles consecuencias "La economía española está inmersa en un boom. Sobre todo su mercado inmobiliario, con precios que han crecido más del 180% en la pasada década”.
Queda claro que no es un problema más ni algo secundario, se trata de una de las principales preocupaciones de los ciudadanos españoles que aspiran a conseguir ahora, o en un futuro próximo una vivienda digna, algo para crear su propia vida, su propia familia e invertir en algo rentable y seguro parece un reto imposible…

No hay comentarios: